sábado, 24 de mayo de 2008

Con el corazón palpitante de nostalgia

Ayer cuando iba en mi coche camino del trabajo me sorprendió la voz de Raimon cantando la ya mítica canción de "Al vent" (Al viento). Estaban anunciando por la radio el recital conmemorativo
de aquel otro, ya legendario, que en mayo del 68 ofreció este cantautor de perfecta dicción en la Universidad Complutense. Tengo que reconocer que los vellos se me erizaron por completo y que me sentí invadida por un sentimiento de profunda nostalgia. No soy de la opinión de que cualquier tiempo pasado fue mejor, ni mucho menos, pero hay recuerdos que nos dejan su huella indeleble y para mí la época de la transición española en su conjunto es uno de ellos. No solamente es que yo era muy, pero que muy joven, casi dolorosamente joven visto ahora desde el filo de la cincuentena, si no que además, el país entero transpiraba ilusión, optimismo, entrega y valentía por doquier. Los españoles respondimos en masa, casi como un solo hombre, al difícil reto que se nos presentaba. No es que no esté satisfecha con los logros conseguidos, que sí, lo estoy. Pero eso no quita para que sienta un regustillo algo amargo por la utopía que pudo haber sido y no fue. Es cierto que hoy España es una de las principales potencias mundiales, que tenemos un gran nivel de vida, que vivimos en un régimen de democracia, y que de país de emigrantes hemos pasado a ser receptores de inmigrantes de lugares más desfavorecidos. Pero esa ilusión, ese optimismo y esa valentía que invadía tantos aspectos de la vida de entonces creo que se ha perdido. Es como si ahora las cosas resultaran más prosaicas, y todo tuviera menos aliciente y la gente en general, yo la primera, tuviera muchas reservas y falta de entusiasmo ante la propia vida.

4 comentarios:

famalap dijo...

Hoy día se tiene de todo y sólo "interesa" lo material...de ahí que se ha perdido el sentido de la vida, el apreciar las pequeñas cosas...etc... Hay veces que los que hemos vivido de otra manera añoremos esos tiempos...¿nos estaremos haciendo viejos?

Caminar sin gluten dijo...

Estamos totalmente de acuerdo con lo que has expresado, y además... ¡como pasa el tiempo!.

Si parede que ahora solo vale lo material, el pelotazo, y hemos perdido el apreciar lo bueno, los amigos, los proyectos, las pequeñas cosas.

Pero el que añoremos esos tiempos, no significa que nos hagamos viejos, ya que hay jovenes con ideas más viejas que nosotros... ¿o no?.

Besotes,

Ana y Víctor.

Avelina Chinchilla dijo...

Yo tampoco creo que nos hagamos viejos, al menos en espíritu. Pienso, más bien, que es nuestra sociedad la que ha envejecido a marchas forzadas y ha perdido todo el idealismo y de alguna manera es una vieja prematura en muchos aspectos.

jucaralva dijo...

Uno no puede evitar, de vez en cuando, echar la vista atrás.
La solidaridad, el empuje para colaborar en proyectos ha ido pasando a conjugar determinados verbos y acordarnos solamente del:
yo, mi , me , conmigo.

Queda poco sitio, pero todavía lo hay, para esas pequeñas cosas que siempre están ahí y que nos hacen en definitiva ser como somos.